¿Si duermo bien, aprendo mejor?
¿Si
duermo bien, aprendo mejor?
Por: Marisol Zuluaga M.
<<Dormir es una de las
actividades fundamentales de nuestro cuerpo, y resulta siendo tan importante
que ocupa casi un tercio de nuestro día>>
A lo largo de las 24 horas del
día, nuestro cuerpo va teniendo ciclos según las funciones que debe
desarrollar, a esto se va a acoplando nuestro cerebro, que según o que
corresponda, se activa, interactúa con el entorno o consolida información.
La vigilia, es el proceso
donde básicamente nuestra función principal es interactuar con el ambiente,
recibiendo, procesando, analizando y dando una respuesta coherente ante el
estímulo que ha llegado. En este proceso, nuestro cerebro tiene ciclos de
aproximadamente 90 minutos, es por ello que luego de unos 40 a 45 minutos
nuestra atención empieza a disminuir, perdiendo capacidad de atención y por
ende de memorización, y allí es cuando se hace necesario un reposo.
Por su parte, durante el
sueño, el ritmo del cerebro cambia también, variando entre el ciclo que se
llama sueño ligero, y sueño paradójico; en la primera la respiración y el ritmo
cardiaco se relentizan, mientras que en la segunda hay una alta actividad
cerebral, similar a la que tenemos cuando estamos despiertos, la diferencia es
que nuestros músculos están bloqueados. En la adultez estos ciclos duran entre
90 y 100 minutos, teniendo así que, en una noche de unas 8 horas de sueño, atravesamos
aproximadamente unos 5 a 6 ciclos.
No dormir, literalmente nos
mata, y hacerlo de manera inadecuada va socavando nuestro sistema inmune,
altera los niveles de azúcar en la sangre, y a nivel cerebral afecta la
concentración y la generación de nuevos aprendizajes. Es en el sueño cuando
nuestras redes neuronales crean nuevos circuitos, lo que hace que nos adaptemos
más fácilmente al entorno; así mismo fortalece la plasticidad cerebral, es
decir, la capacidad que tiene el cerebro de modificar su estructura para dar
respuesta a ambiente (ejemplo de esto es cuando aprendemos a dar respuestas
bajo la lógica matemática, tema que al inicio genera cierto nivel de
dificultad, pero que, al irse adaptando el cerebro, se va tornando más
sencillo).
Dormir también promueve la
consolidación del aprendizaje, eso quiere decir que aquello que se aprendió
durante el día solo llega a convertirse en información de la memoria a largo
plazo, cuando se logra dormir; y así mismo es allí donde se integran los contenidos novedosos a los que ya se
conocen, y es la estrategia principal para desarrollar el pensamiento creativo.
Una investigación realizada en 2004 (Wagner et.al. citado por Guillen, Jesús
C.)
planteó
una serie de problemas matemáticos a un grupo de estudiantes y se les enseñó un
método para resolverlos. Sin embargo, no se les advirtió que existía una
solución oculta rápida e ingeniosa (el insight o
¡eureka!) que podían descubrir durante el proceso de resolución.
Los investigadores observaron que 12 horas
después del entrenamiento inicial, un 20% de los estudiantes eran capaces de
descubrir la solución rápida, sin embargo, si en
ese período de tiempo se les permitía dormir unas ocho horas, la cifra se
triplicaba y un 60% del alumnado encontraba la solución creativa. (prr.5)
En conclusión, durmiendo
mejor, podemos garantizar que nuestro aprendizaje se de con mayor precisión,
facilidad y tengamos mayor nivel de recordación. Por eso, ante de un examen, o
una exposición importante procura dormir bien después de la preparación y antes
de la presentación del mismo.
Fuentes:
Sleep Physiology, in Sleep Disorders and Sleep Deprivation. Institute
of Medicine (US) Committee on Sleep Medicine and Research.
Guillen, Jesús C. Sueño y aprendizaje.11 de
mayo de 2014, https://escuelaconcerebro.wordpress.com/2014/05/11/sueno-y-aprendizaje/.
Imagen tomada de: https://bloygo.yoigo.com/memorizar-aprender-mientras-duermes-mito-realidad/
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